24.2.12

Ciervos Luminosos





Hemos domesticado la noche.
Hemos perdido la naturaleza.

Al anochecer, me alejé de la luz de la ciudad por el viejo camino de las ermitas. Me adentré en el bosque hacia las montañas, y en un momento, la sombra me envolvió. Olor a leña quemada, tierra, encinas, olivos y alcornoques; sonido del viento y los pájaros, las alimañas y mis pisadas.

Bla bla bla...
Dialogar con el otro, con el yo oculto salvaje, con ciervos luminosos. Intuir y sentir, lo bueno que seguimos creyendo que hay en nosotros: la infancia alegre, el amor perdido, la juventud que se fue, lo exótico, lo sano y la tristeza.

Texto, fotos y video by Alfred Portátil

No hay comentarios:

Publicar un comentario